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Hermes

Hermes, protector de los hermeneutas.

Uno de los quebraderos de cabeza del proceso de investigación se presenta cuando llega el momento de interpretar la información analizada. Las inquietudes se multiplican y los estudiantes investigadores se sienten inseguros o, la mayoría de las veces, desorientados al momento de empezar dicha tarea.

Pensando en ellos, y hablo en particular de los maestrantes de cuarto semestre de la Maestría en Docencia de la Universidad de La Salle, he pensado que podría resultar útil indicar una serie de pasos a partir de los cuales se logre organizar y construir la etapa de la interpretación. Por supuesto, son pautas o hitos de acción que deberán adaptarse a las particularidades de cada proyecto y a las habilidades de escritura con las que cuenta cada equipo de investigación. Señalo esto porque la interpretación implica tejer, relacionar y poner en un texto, de manera coherente, diversas fuentes de información pero siempre filtradas por el juicio de los investigadores.

Así que, para no alargarnos en justificaciones innecesarias, propongo enseguida un itinerario resumido en cinco pasos para elaborar la interpretación. Esas etapas son interdependientes. Es decir, aunque se presentan en apartados separados, todas deben apuntar al mismo fin.

Cuadro categorial

Primer paso: Retome el cuadro categorial y elija las categorías de primer rango (las que verticalmente ocupan el primer nivel). Observando el cuadro procure responder las siguientes preguntas: ¿qué relaciones puede establecer entre ellas?, ¿a qué responden esas categorías?, ¿cómo se vinculan con el objetivo general del proyecto?, ¿con qué autores del marco teórico –si los hay– podrían relacionarse?, ¿qué “voces” de los entrevistados cabría retomar para avalar o soportar estas primeras categorías?, ¿con qué antecedentes valdría la pena vincular tales categorías?, ¿son relevantes otros aspectos –de este mismo nivel categorial– que valdría la pena señalar o tener presentes? Enseguida, redacte varios párrafos sobre cada una de estas categorías o, si es reducida la información recolectada, escriba al menos un párrafo por cada categoría. No olvide incluir el soporte de sus interpretaciones (el remitir a las voces o a las fuentes teóricas le dará más consistencia y credibilidad a la interpretación).

Segundo paso: Terminado ese ejercicio vertical, ahora retome una de esas categorías de primer nivel y mire su desarrollo horizontalmente. Percátese de las categorías de segundo nivel y haga un ejercicio semejante al primer paso de este itinerario. Continúe de la misma forma con las categorías de tercero, cuarto o quinto nivel. Tenga presente que la profundidad de su interpretación dependerá del número de categorías o divisiones con las que esté trabajando. Procure llegar hasta el final del conjunto de categorías de cada línea horizontal del cuadro categorial.

Tercer paso: Vaya ahora a la segunda categoría del primer nivel y repita el procedimiento del segundo paso de este proceso hermenéutico. Proceda de igual forma con la tercera, cuarta o quinta categoría de primer nivel. Recurra al mismo criterio para la distribución de los párrafos. Relea permanentemente lo que escribe y revise lo que ha dicho en categorías anteriores para evitar las repeticiones innecesarias o las contradicciones flagrantes. Recuerde que el objetivo principal es dar cuenta del cuadro categorial en conjunto y, si recurre a la interpretación de partes del mismo, es para mostrar la riqueza de cada elemento con los que está compuesto.

Cuarto paso: Concluida esta primera parte lea todo lo redactado y, si la interpretación hecha responde al objetivo general del proyecto, medite en estos interrogantes: ¿qué más valdría agregar?, ¿qué cosas significativas se han quedado por fuera?, ¿qué debería advertírsele al lector para que tenga una mejor comprensión del problema, la situación o el hecho?, ¿qué ausencias, vacíos, son notorios o le llaman la atención? Deje, entonces, un párrafo (o más) para estos asuntos.

Quinto paso: Para concluir, puede ser en un párrafo o varios –dependiendo de los resultados obtenidos en su proyecto– ofrezca juicios responsables, establezca relaciones de largo alcance, descubra vínculos a nivel conceptual con el marco teórico o avizore razones o motivos no fácilmente perceptibles. Aquí es donde las discusiones entre el equipo de investigación son fundamentales para  ver de manera poliédrica el asunto o el problema eje de la investigación. La interpretación, al llegar a esta fase, es altamente “especulativa”, en el sentido, de meditar profundamente sobre lo que se ha hecho de manera amplia y atreverse a delinear un mapa de comprensiones sobre los objetivos vertebrales de la investigación. Y aunque puede generar un poco de incertidumbre el saber si se va por el camino correcto, lo más indicado es hacerle caso a las intuiciones, a las inferencias, a esas “corazonadas” que son el resultado de la perspicacia de los investigadores después de estar dos años conviviendo o habitando los rincones intrincados de su proyecto.

Dos recomendaciones finales pueden ayudar a los investigadores para alcanzar buenos resultados en la etapa de la interpretación. Lo primero es entender que la interpretación brota de la interrelación entre varios aspectos, informaciones o fuentes. Hay que, por lo mismo, cotejar, trazar puentes, seguir indicios, vincular evidencias dispersas, hacer aflorar significados latentes o escondidos. En esta perspectiva, el intérprete va más allá de lo evidente.

El segundo consejo, y esta es una de las consignas de hermeneutas como Paul Ricoeur, es mantener siempre una “escucha atenta” al análisis de la información recolectada, mirando en detalle el tamizaje o la destilación hecha. Es la escucha atenta, meditada, la que permite al investigador hacer deducciones o inducciones novedosas e interesantes. Pero, además, hay que tener una “actitud de sospecha” sobre esos mismos datos. El intérprete no puede ser cándido o ingenuo cuando trabaja con opiniones, con pareceres y creencias de las personas. Siempre hay una ideología, un imaginario que subyace a esas ideas. En consecuencia, cuando se hace interpretación se entra de lleno en un ejercicio de lectura crítica.